Ordeno los dispersos
segmentos, cicatrices
que trazan un paisaje
de batalla,
me ocupo de lo inútil,
de esos hilos
de lluvia donde a nadie le interesa
-que cae y duele al fondo
del ruido de un motor
mucho más grande-.
Orquestas de alfileres y cucharas:
pequeñeces.
I.C.